pensador independiente

domingo, noviembre 20, 2011

Amor incondicional del verdadero cristiano.

El Apóstol Pablo en Primera de Corintios 9:20-27 dice: Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley;a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.


El ser tolerante es una esnseñanza del verdadero cristiano. El falso cristiano no tolerará a otros, a quienes no pìensen igual que su propio grupo, o denominación a la que pertenecen, llamese como se llame: pentecostal, carismático, testigo de Jehová, mormón, católico, etc.
El falso cristiano no puede comprender que al Cristo no le importó quien pecaba, quien adulteraba, quien pertenecía a tal o cual grupo. Por eso declara Pablo en Primera de Corintios 9:19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. El vino a interconectarse con todos, el hablaba con: samaritanos, prostitutas, cobradores de impuestros, con enfermos y con endemoniados, es decir, con pecadores como tu o como yo. El vino a sanar las necesidades de todos los seres que sufremos y tubo compasión por nosotros y nos amó, pero con amor incondicional. El no defendió creencias, el sabía cual era su misión y hacer la voluntad propia no fue su misión. Sino hacer la voluntad de Dios, su Padre, en Lucas 22:42 Jusús dijo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. El nos mostró a todos los hombres su ejemplo. A Dios nosotros no lo podemos ver cara a cara, pero a quienes hacen las obras de Dios, sí lo podemos ver, por eso Jesús el Cristos en Juan 14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? . Cada hombre que hace la voluntad de Dios, refleja a Dios en el, Porque Dios mora dentro de cada hombre obediente a la voluntad de Dios. Así pues reconocemos a Cristo cuando reconocemos esa parte pura y preciosa que llevamos todo hombre originalmente, esa es la esencia pura con que fuimos creados desde el principio, y tú y yo somos portadores de esa luz que ha de renacer en nosotros, porque ha estado oculta por el pecado. Esa esencia estaba unida a Dios desde el principio de la creación, pero que lugo se separó de Dios, es decir, entró la muerte que realmente significa la separación con nuestra naturaleza original. El pecado original fue heradado, por nuestros primeros padres humanos , debido a la desobediencia. Pero el pecado no es nuestra condición original. Por eso fué necesario la venida del Salvador al mundo, porque por un hombre entró el pecado y por otro hombre debió venir la salvación al mundo. Esto dice en Romanos 5:18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Ese hombre a quien tanto alaban y adoran algunos humanos, se llama el Cristo. Es decir, nuestra condición legítima y original. El Estado de Gracia Original del Hombre, y es ese Estado Crístico que existe en nosotros antes del pecado original.
Cirtamente la misión salvadora de Jesus-Cristo (Dios y hombre) misterio oculto para muchos, es que nosotros alcancemos el estado puro como El lo manifestó en el mundo, hace dos mil años, aproximadamente.
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